VOLCÁN DE SAN ANTONIO

Un equipo de expertos entre los que figura el director de Vulcanología del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiológicos de Canarias, Juan Carlos Carracedo, descubrió, durante un estudio científico realizado entre 1993 y 1996 sobre la dorsal de la Cumbre Vieja, que el extraordinario cono volcánico de San Antonio no corresponde a la erupción de 1677, como se había recogido sucesivamente en la bibliografía histórica, sino que se trata de un volcán que supera con creces los tres mil años de antigüedad.

La erupción volcánica de 1677 abrió un pequeño cráter por encima del volcán de San Antonio, por la que arrojó materiales y cenizas, mientras que la lava salió por una fisura que rompió por la base del edificio volcánico de San Antonio, circunstancias frecuente en La Palma, «lo que pudo crear confusión popular».

La citada erupción produjo una plataforma sobre la costa de Fuencaliente, actualmente cubierta por los cultivos de plataneras y levantó una montaña de menor magnitud, apoyada en la base del volcán de San Antonio por su parte alta.

Según el S. Carracedo, el volcán de 1677 fue de baja magnitud y apenas causó daños, aunque si provocó el desplome de la espadaña de la iglesia por los temblores, mientras que la erupción  que produjo el extraordinario edificio volcánico de San Antonio corresponde a un volcán freatomagmático, en la que entra el agua del mar y arroja enormes piedras en área de kilómetros a la redonda.

Para mayor información sobre el Volcán de San Antonio, les aconsejamos visitar el Centro de Visitantes Volcán de San Antonio.